El título escrito en mitad latín, mitad esperanto, representa un híbrido de lenguaje que simboliza el paralelismo entre el Esperanto y la Inteligencia Artificial (IA) en su objetivo de facilitar la comunicación y la comprensión entre diferentes partes. Ambos comparten la meta de facilitar la comunicación y comprensión entre distintas partes. No obstante, el destino de ambos depende de su implementación y uso por parte de instituciones y grandes corporaciones. Esta reflexión nos lleva a preguntarnos si la IA podría convertirse en una nueva "Torre de Babel", donde la unidad y el entendimiento acaben siendo castigados, y la buena intención termine en una catástrofe.

Desde tiempos inmemoriales, las banderas han desempeñado un papel fundamental como emblemas de identidad. Estos estandartes son portadores de una entidad específica que se encuentra asociada con valores arraigados, relatos históricos, arraigadas tradiciones y simbolismos inigualables. En su esencia, las banderas brindan un sentimiento de conexión y afiliación con una comunidad determinada. 

 

No obstante, en la era contemporánea, las tecnologías de la información y comunicación han dado lugar a una transformación en la relación entre el cuerpo humano y el territorio. En este nuevo paradigma, los límites físicos se han diluido, permitiendo que las personas interactúen y actúen en espacios geográficos lejanos. Este cambio trascendental tiene consecuencias significativas en los ámbitos político, cultural y social, alterando la manera en que las personas se relacionan con el espacio y el tiempo, al mismo tiempo que impacta nuestra concepción de pertenencia y vínculo con el territorio.

Omnis Flagoj, es el resultado de pedirle a la Inteligencia Artificial que diseñara una bandera que generara sentido de pertenencia.

El resultado es un paralelismo a lo que está sucediendo con nuestro cuerpo territorial.  

Con las tecnologías de información y comunicación, estamos presentes en todas partes, pero al mismo tiempo, no estamos anclados a ninguna parte. A medida que nos volvemos más globales y menos locales, es importante reflexionar sobre cómo esto afecta nuestra relación con el territorio y nuestra identidad.